COVID-19 has undeniably created difficult challenges for many industries worldwide, the shipping industry especially cruise ship lines have been negatively impacted. The nature and conditions aboard cruises made for the perfect storm in helping spread the virus among passengers and staff. A timeline of the cruise cases presented below support the disparaging scenario experienced by vacationing travelers.
At the beginning of the pandemic, passengers aboard Diamond Princess, a British-registered cruise ship owned and operated by Princess Cruises presented the largest cluster of COVID-19. The cruise was quarantined in the port of Yokohama, Japan, on February 3. On March 6, cases of COVID-19 were identified in persons on the Grand Princesscruise ship off the coast of California; that ship was subsequently quarantined. By March 17, confirmed cases of COVID-19 had been associated with at least 25 additional cruise ship voyages. On February 21, the Center for Disease Control (CDC) recommended avoiding travel on cruise ships in Southeast Asia; on March 8, this recommendation was broadened to include deferring all cruise ship travel worldwide for those with underlying health conditions and for persons over the age of 65. On March 13, the Cruise Lines International Association announced a 30-day voluntary suspension of cruise operations in the United States. The CDC issued a level 3 travel warning on March 17, recommending that all cruise travel be deferred worldwide.
Will cruise ships sail on?
Due to the crisis and the subsequent no sail order given by the CDC, many older cruises will not survive and will be forced to retire soon. The Black Watch and Boudicca had been among the first purpose-built modern cruise ships and pioneers in the modern luxury cruise market when they were introduced for Royal Viking Line in the 1970s. Olsen, which used them to begin its expansion in the cruise industry, invested in overhauls, including new motors, for both ships that helped to extend their careers.
In regards to damage control, some companies such as Royal Caribbean are fighting to keep business as usual and are working with the CDC and the Cruise Lines International Association to kickstart operations as soon and safely as possible. They have decided to extend the suspension of sailings for [their] global fleet for all sailings through October 31st, 2020. Their goal is to resume operations on November 1st, 2020.
With the steady decrease in cases and implementation of global health measures before and during embarkation, we can expect the cruise line industry to recover slowly but steadily as travelers start to regain confidence in being confined among other travelers and sail on with their lives. While some companies will unfortunately sink, others will continue to float on.
Sources:
Es innegable que COVID-19 ha creado desafÃos difÃciles para muchas industrias en todo el mundo, la industria del transporte marÃtimo, especialmente las lÃneas de cruceros, se ha visto afectada negativamente. La naturaleza y las condiciones a bordo de los cruceros crearon la tormenta perfecta para ayudar a propagar el virus entre los pasajeros y el personal. Una lÃnea de tiempo de los casos de cruceros que se presentan a continuación respalda el escenario despectivo experimentado por los viajeros de vacaciones.
Al comienzo de la pandemia, los pasajeros a bordo del Diamond Princess, un crucero registrado en Gran Bretaña propiedad y operado por Princess Cruises, presentaron el grupo más grande de COVID-19. El crucero fue puesto en cuarentena en el puerto de Yokohama, Japón, el 3 de febrero. El 6 de marzo, se identificaron casos de COVID-19 en viajeros a bordo del crucero Grand Princess frente a la costa de California; ese barco fue posteriormente puesto en cuarentena. Para el 17 de marzo, los casos confirmados de COVID-19 se habÃan asociado con al menos 25 viajes adicionales en cruceros.
El 21 de febrero, el Centro para el Control de Enfermedades (CDC) recomendó evitar viajar en cruceros en el sudeste asiático; el 8 de marzo, esta recomendación se amplió para incluir el aplazamiento de todos los viajes en cruceros en todo el mundo para aquellos con problemas de salud subyacentes y para personas mayores de 65 años.
El 13 de marzo, la Asociación Internacional de LÃneas de Cruceros anunció una suspensión voluntaria de 30 dÃas de las operaciones de cruceros en los Estados Unidos. El CDC emitió una advertencia de viaje de nivel 3 el 17 de marzo, recomendando que todos los viajes en crucero se difieran en todo el mundo.
¿Seguirán navegando los cruceros?
Debido a la crisis y la subsecuente orden de no navegar dada por el CDC, muchos cruceros más antiguos no sobrevivirán y se verán obligados a retirarse pronto. El Black Watch y el Boudicca habÃan estado entre los primeros cruceros modernos especialmente construidos y pioneros en el mercado de cruceros de lujo moderno cuando fueron presentados para Royal Viking Line en la década de 1970. Olsen, que los utilizó para comenzar su expansión en la industria de cruceros, invirtió en revisiones, incluidos motores nuevos, para ambos barcos que ayudaron a extender sus carreras.
En lo que respecta al control de daños financieros, algunas empresas como Royal Caribbean están luchando para mantener el negocio como de costumbre y están trabajando con el CDC y la Asociación Internacional de LÃneas de Cruceros para poner en marcha las operaciones lo antes posible y de forma segura. Han decidido extender la suspensión de los viajes para [su] flota global para todos los viajes hasta el 31 de octubre de 2020. Su objetivo es reanudar las operaciones el 1 de noviembre de 2020.
Con la disminución constante de casos y la implementación de medidas de salud global antes y durante el embarque, podemos esperar que la industria de las lÃneas de cruceros se recupere lenta pero constantemente a medida que los viajeros comienzan a recuperar la confianza en estar confinados entre otros viajeros y navegar con sus vidas. Si bien algunas empresas, lamentablemente, se hundirán, otras seguirán flotando.
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